Cinco malos hábitos que te alejan de la felicidad

Todos queremos felicidad, paz, amor, prosperidad y todo lo bueno para nuestra vida, pero a veces sentimos que nos falta algo o que no estamos logrando nada de eso, por el contrario, lo que sentimos es un gran vacío, tristeza o enojo y nos frustramos tanto que empezamos a buscar culpables.

Si bien es cierto que en ocasiones nuestra infelicidad se origina por factores externos contra los que nada podemos hacer, a veces también es necesario que nos sentemos a analizarnos a nosotros mismos… ¿Te has preguntado qué pasaría si eres tú el que está haciendo algo mal?

Los hábitos son fáciles de desarrollar, pero difíciles de romper, porque cuando los instauramos se convierten en acciones cotidianas que llevamos a cabo sin pensar, sin analizar si están bien o mal, y en este punto es necesario entender que hay hábitos tan negativos que nos impiden ser felices, la clave es poder reconocerlos.

Procrastinar

El primer hábito que nos aleja de la felicidad es la procrastinación, que es el hábito de postergar actividades o situaciones importantes que se deben atender, sustituyéndolas por tareas menos importantes o más agradables, es decir “dejar para mañana lo que puedes hacer hoy”, o en el peor de los casos, “dejar para mañana lo que ‘tienes’ que hacer hoy”.

¿Cómo evitarlo?

Esto podemos evitarlo priorizando nuestras actividades, tenemos que elegir en qué emplear nuestra energía y tiempo. Debemos hacer una lista de prioridades que comience por lo más importante que debemos realizar y actuar a partir de allí. Recuerda que organizar las prioridades es fundamental para alcanzar nuestros objetivos.

Gastar innecesariamente

Gastar en cosas que no necesitamos no solamente es un mal hábito, sino que nos aporta una falsa sensación de estatus que trae como consecuencia el dividir a las personas entre quienes pueden pagar ciertas cosas lujosas y las que no.

Sentirnos superiores porque podemos costearnos algo que en realidad no nos hace falta es definitivamente algo negativo a largo plazo, ya que cuando no podamos pagar algo mejor o más grande, o más caro, nos sentiremos infelices.

Además, debemos entender que las compras superfluas o compulsivas pueden provocar problemas como ansiedad, depresión o soledad y suelen ocurrir también dentro de estos contextos.

¿Cómo evitarlo?

Libérate de lo material, de las cosas superficiales, ocúpate de crear momentos especiales con poco dinero, ya que estos son los que verdaderamente enriquecen nuestra vida.

Busca maneras de sentir bienestar o placer sin recurrir al consumismo, por ejemplo, baila con tu pareja, lee, sal a caminar, pon música que te agrade, tómate una siesta reparadora, organiza paseos divertidos… Hay muchísimas posibilidades. Incorporando nuevos hábitos de ahorro, viviremos más tranquilos y aliviados.

Comer compulsivamente

Cuando estamos bajo estrés, depresión o nos sentimos impotentes ante alguna situación, es posible que caigamos en el hábito de comer compulsivamente y nos volvamos dependientes de la comida para consolarnos a nosotros mismos.

Esto es muy negativo ya que la comida puede convertirse en un alivio temporal a un problema, sentimiento o emoción mucho más profunda, pero luego podemos llegar a sentirnos mucho peor, ya que este hábito nos puede generar culpa, vergüenza o tristeza.

¿Cómo evitarlo?

La mejor forma de quitarnos este mal hábito es averiguando de dónde viene esta ansiedad o ese vacío que queremos llenar y tratar de atacarlo de raíz.

Si estamos pasando por algún problema o una situación difícil, lo mejor es ocupar el tiempo en otras actividades relajantes, salir con amigos o distraernos con un paseo o un deporte.

No obstante, cuando hacemos esto muy a menudo y somos incapaces de identificar alguna situación de estrés o el origen de que comamos compulsivamente, es muy importante visitar al psicólogo para saber qué nos está pasando, ya que consumir demasiada comida a veces puede ser un síntoma de trastorno por atracón o bulimia.

Criticar

Cuando nos dedicamos a criticar, además de que nos volvemos personas poco gratas, terminamos por creer que todo el mundo está mal menos nosotros. Eso significa que no estamos abiertos a otras opiniones, a posibilidades de que otras personas están mejor que nosotros y, por lo tanto, dejamos de aprender y de crecer.

Además, está demostrado que las personas que acostumbran a criticar a los demás o a juzgarlos negativamente viven más infelices que aquellas que ven las cosas positivas de la gente.

¿Cómo evitarlo?

Debemos fijarnos muy bien en nuestros temas de conversación y saber reconocer cuando somos demasiado criticones cuando conversamos.

Intenta ser más tolerante con los demás, ve las cosas positivas, vive y deja vivir, y la próxima vez que vayas a criticar a otro hazte estas tres sencillas preguntas: ¿Mi critica ayudará a los demás? ¿Hago yo lo mismo que estoy criticando? ¿No es mejor intentar entender al otro antes de criticarlo?

Culpar

Culpar es un hábito que nos quita la carga a nosotros y se la da a alguien más. Atribuir nuestros problemas a los demás o a las circunstancias es una forma fácil de no asumir la propia responsabilidad, de disculparnos frente a lo que ocurre.

Responsabilizar a otros nos da la sensación de que se ha resuelto un problema cuando no hemos comprendido realmente su causa y su efecto. Pero culpar a los demás también es la forma más efectiva de perder el control sobre nuestra propia vida y, como consecuencia, siempre estaremos insatisfechos e infelices.

¿Cómo evitarlo?

Si tenemos una oportunidad de comenzar a luchar por nosotros mismos en lugar de permanecer en la posición de culpar a los demás de lo bueno o lo malo que nos pasa, debemos aprovechar para poder crecer y poder mejorar siempre nuestra vida. Tratemos de ser 100% responsables de nuestra vida y no culpar a todo el mundo de lo que nos pasa.

Estos son sólo algunas de las costumbres que nos impiden ser felices. Recuerda: no hay que sentirse mal por tener alguno de estos hábitos, todos podemos caer en ellos con la cotidianidad. Lo más importante es, tras haberlos identificado, empezar a trabajar para mejorarlos.

¿Qué otros hábitos crees que nos alejan de la felicidad?