Conoce la historia del poderoso Oráculo de Delfos

Los oráculos en la antigua Grecia eran de gran importancia, conectaban el mundo de los humanos con el de los Dioses para hacerles preguntas sobre cualquier tema. Acudían a ellos personas de cualquier nivel social que pudiesen pagar el precio que estaba estipulado para hacer su consulta. Para los griegos era un ritual místico al que le tenían una fe absoluta, por eso es que el Oráculo de Delfos (como también existió el Oráculo de Olimpia, por ejemplo) era uno de los más importantes y visitados por peregrinos en aquella época.

El Oráculo de Delfos se encuentra en Atenas a los pies del Monte Parnaso, a unos 10 kilómetros del golfo de Corinto hacia el norte de la ciudad. Actualmente quedan las ruinas de lo que fue uno de los centros históricos y de mayor valor cultural de Grecia, dedicada al Dios griego Apolo.

Para los griegos el Oráculo de Delfos estaba ubicado en el centro del mundo y se construyó sobre lo que ellos denominaban la piedra más antigua del mundo, llamada Ónfalos.

Historia y mitología

Según la mitología griega, el Dios Zeus mantuvo un amorío con Leto dejándola embarazada. Por lo cual tuvo que buscar un lugar para huir y tener a su hijo ya que Zeus estaba casado con la celosa Hera.

Zeus le otorgó un carro tirado por cisnes a Apolo y le indicó que debía ir hacia Delfos donde había caído el “ónfalos” la piedra sagrada, para establecer allí su oráculo. Una vez que este llegó después de un largo viaje, se encontró con una monstruosa serpiente Pitón que custodiaba el lugar. Apolo debía matar al enorme animal para poder establecerse en el lugar.

Apolo salió victorioso después de matar a la gran serpiente con una de las flechas que le había proporcionado su padre, y luego arrojó el cuerpo por una grieta que había en la montaña y conquistó el lugar.

La Pitia o Pitonisa del Oráculo de Delfos

El nombre de la Pitonisa o Pitia proviene de la serpiente pitón que fue asesinada por el Dios Apolo, eran unas sacerdotisas o médium que se escogían y se entrenaban desde muy pequeñas, seleccionadas por sus cualidades y pureza física, psíquica y espiritual. Era un cargo vitalicio y se consideraba la esposa del Dios Apolo.

La Pitonisa elegida era la responsable de conectar directamente con los dioses para transmitir sus mensajes. También se necesitaba un sacerdote encargado de traducirlos ya que las Pitonisas entraban en trance a la hora de hacer el ritual y entre ruidos, chillidos, gritos e incluso espuma que salía de su boca, solo los sacerdotes podían entender lo que se quería comunicar. Posteriormente lo entregaban por escrito a la persona que estaba haciendo la consulta.

Las Pitonisas eran de suma importancia en la antigua Grecia ya que eran las responsables de la sagrada comunicación y vinculación entre los dioses olímpicos y los mortales.

Sus predicciones eran respetadas de manera absoluta, verdaderamente tomadas en cuenta al momento de tomar decisiones importantes sobre la guerra, salud, economía, política o cualquier tema de relevancia que podían comprometer el futuro de toda la comunidad.   

¿De dónde provienen los poderes de la Pitonisa?

Las Pitonisas hacían un ritual previo al momento de invocar al Dios Apolo, tenían que someterse al ayuno y hacían un baño de purificación en las aguas del manantial de Casotis, mientras masticaban hojas de Laurel.

Se cuenta que existía una falla tectónica en el lugar en el que desde el fondo de la tierra se expulsaban gases tóxicos y la Pitonisa debía aspirarlos. En esta grieta fue donde cayó la serpiente pitón y según los griegos, en ella se podía ver al futuro. Una vez que la Pitonisa estaba preparada se sentaba en el trípode y comenzaba a dar los mensajes entre sus alucinaciones.

Sacrificios y ritual

Era de esperarse que estos rituales para predecir el futuro no fueran gratuitos, las personas de la comunidad o los peregrinos que querían hacer una consulta debían pagar dinero, así como también debían hacer un sacrificio de un animal, generalmente un cordero.

Una vez hecho el pago tanto los sacerdotes como los consultantes debían atravesar el templo y dirigirse a una zona subterránea, donde se encontraban las sagradas piedra Ófalos y la fuente de agua. Este ritual solo se realizaba siete días de cada mes. En el lugar el consultante solo podía escuchaba la profecía, mas no ver a la Pitonisa ya que esta se encontraba en otra sala y los sacerdotes traducían lo que ella expresaba.

Los sacerdotes dejaban escritos abiertos para que se pudieran interpretar de distintas maneras, así el consultante no tendría una predicción errónea sino mal interpretada.

El final del Oráculo de Delfos

Al caer en manos de los espartanos, los atenienses tuvieron que cambiar su centro de culto hacia el oráculo de Dodona, allí comenzó su decadencia y desprestigio. En 323 a.C. a pesar de la muerte de Alejandro, continuó siendo un sitio de culto y peregrinación durante la época helenística y el periodo romano.

En 391 d.C. el emperador romano Teodosio prohibió los oráculos y el culto de la adivinación de cualquier tipo. El cristianismo evitó la adoración hacia otros Dioses y suprimió todo lo que tenía que ver con los oráculos.