
Exorcismo, la cruel santificación del catolicismo

La tecnología ha hecho que el mundo se incline cada vez más por obviar, no prestar atención a teorías o leyendas de exorcismos registrados por la Iglesia Católica, e incluso los ignorados por ella. Pero este rito religioso, que se sigue practicando todavía con el apoyo del Vaticano, fue una costumbre casi diaria en la época medieval, sobre todo en la Europa de los siglos XVI y XVII.
La gente se volcó en una creencia en satanás y hasta lo culpaban de todos males simples: enfermedades, tanto físicas como mentales; dolencias o cualquier problema por el cual pasaban. Incluso muchas obras teatrales que se presentaban en esa época tenían como tema central el exorcismo. La imprenta también le daba un buen centimetraje a estos actos del bien contra el mal y, además, los gobiernos o reinos permitían cierta libertad para cumplir con esas tradiciones paganas o no.
La gente recurría a brujas, magos o exorcistas para resolver sus problemas, pues los distintos problemas políticos, hambrunas y plagas de la época generaron en la población una especie de recurrente enfermedad mental debido a su creencia en satanizar cualquier comportamiento fuera de lo normal.
La gente recurría a brujas, magos o exorcistas para resolver sus problemas, pues los distintos problemas políticos, hambrunas y plagas de la época generaron en la población una especie de recurrente enfermedad mental debido a su creencia en satanizar cualquier comportamiento fuera de lo normal.
La teología de ese momento dividía las posesiones diabólicas en dos tipos:
Una de ellas se entendía como enfermedad mental, en la que el espíritu infernal poseía el cuerpo de la víctima en contra de su voluntad, por el abandono de su alma o por supuesta pena por los pecados cometidos.
Otro tipo de posesión se dada con supuesta complicidad con el demonio. Para ello era necesaria la intermediación de un brujo en la incorporación demoníaca.
No se tiene claro los criterios para hacer esta distinción ya que apenas se recoge información de cómo se ejecutaban estos procedimientos, tampoco de cómo perseguir brujos y condenar actitudes o costumbres consideradas satánicas.
Curiosa manera de expulsar a un demonio
La primera vez que se describió un caso de posesión demoníaca fue en 1791 por Eberhard Gmelin, en Europa.
El tratamiento se basaba en la oración y represión de demonios, a través del contacto con santos óleos, agua bendita y rezos, además de la ingesta de pócimas extrañas y la imposición de la saliva del sacerdote encargado del rito.
Pero con el tiempo, las técnicas se volvieron más crudas, con la inclusión de tortura, encadenamiento, azotes, ayuno, inmersión en agua fría o caliente; todo con el fin de que el cuerpo fuese “insoportable” para el demonio.
Una de ellas se entendía como enfermedad mental, en la que el espíritu infernal poseía el cuerpo de la víctima en contra de su voluntad, por el abandono de su alma o por supuesta pena por los pecados cometidos.
Otro tipo de posesión se dada con supuesta complicidad con el demonio. Para ello era necesaria la intermediación de un brujo en la incorporación demoníaca.
No se tiene claro los criterios para hacer esta distinción ya que apenas se recoge información de cómo se ejecutaban estos procedimientos, tampoco de cómo perseguir brujos y condenar actitudes o costumbres consideradas satánicas.
Curiosa manera de expulsar a un demonio
La primera vez que se describió un caso de posesión demoníaca fue en 1791 por Eberhard Gmelin, en Europa.
El tratamiento se basaba en la oración y represión de demonios, a través del contacto con santos óleos, agua bendita y rezos, además de la ingesta de pócimas extrañas y la imposición de la saliva del sacerdote encargado del rito.
Pero con el tiempo, las técnicas se volvieron más crudas, con la inclusión de tortura, encadenamiento, azotes, ayuno, inmersión en agua fría o caliente; todo con el fin de que el cuerpo fuese “insoportable” para el demonio.
Estos actos se ejecutaron a unos 300 mil condenados por brujería, la mayoría personas desprotegidas, pobres y ancianas, desde 1448 hasta 1782 en Europa y América. Más de 100 mil de estos procesados pertenecen al período comprendido entre el siglo XV y el XVI.
El apoyo de la llamada “Santa Inquisición” de la Iglesia Católica era indispensable para desarrollar el exorcismo, por el cual se señalaba a ciudadanos que -por lo general- trasgredían códigos sociales y reglas comunes, bien aceptadas hoy.
Un caso real: Anneliese Michel
Los reportes más precisos que se tienen sobre un exorcismo y sus resultados, al estilo de la edad media, se recogen en un rito ejecutado en Alemania, en 1975. Los testimonios se recogen en libros y las películas de cine “Requiem, el exorcismo de Micaela” y “El Exorcismo de Emily Rose”.
La víctima de posesión fue Anneliese Michel, una joven de 23 años de edad que había sido diagnosticada con epilepsia en el lóbulo temporal, además de depresión, que la llevó a tener ataques considerados diabólicos y visiones de caras monstruosas que no la dejaban, ni siquiera, rezar.
A partir de sus creencias, decidió abandonar el tratamiento médico y someterse a un rito que duró un año, con el apoyo de su familia.
El apoyo de la llamada “Santa Inquisición” de la Iglesia Católica era indispensable para desarrollar el exorcismo, por el cual se señalaba a ciudadanos que -por lo general- trasgredían códigos sociales y reglas comunes, bien aceptadas hoy.
Un caso real: Anneliese Michel
Los reportes más precisos que se tienen sobre un exorcismo y sus resultados, al estilo de la edad media, se recogen en un rito ejecutado en Alemania, en 1975. Los testimonios se recogen en libros y las películas de cine “Requiem, el exorcismo de Micaela” y “El Exorcismo de Emily Rose”.
La víctima de posesión fue Anneliese Michel, una joven de 23 años de edad que había sido diagnosticada con epilepsia en el lóbulo temporal, además de depresión, que la llevó a tener ataques considerados diabólicos y visiones de caras monstruosas que no la dejaban, ni siquiera, rezar.
A partir de sus creencias, decidió abandonar el tratamiento médico y someterse a un rito que duró un año, con el apoyo de su familia.
En esa etapa consumía carbón, comía arañas, se mutilaba a sí misma y tomaba su propia orina. Su fuerza era tal, que solo podía ser controlada por tres hombres que la tomaban por los brazos y piernas.
De acuerdo con la historia, la joven no fue sometida totalmente a las técnicas de exorcismo de la edad media. No fue tortura ni azotada para expulsar demonios.
Afirmaba que en ella habitaban seis demonios, que nunca pudieron ser expulsados de su cuerpo, según los testimonios que se ha recogido sobre el caso. “Tengo mucho miedo. Por favor, pidan la absolución”, dijo Michel a su madre un día antes de morir, el 1° de julio de 1976.
Rogelio Enrique Acosta
Con datos de noticuriosos.com, webs.ono.com, Wikipedia y corazones.org.
De acuerdo con la historia, la joven no fue sometida totalmente a las técnicas de exorcismo de la edad media. No fue tortura ni azotada para expulsar demonios.
Afirmaba que en ella habitaban seis demonios, que nunca pudieron ser expulsados de su cuerpo, según los testimonios que se ha recogido sobre el caso. “Tengo mucho miedo. Por favor, pidan la absolución”, dijo Michel a su madre un día antes de morir, el 1° de julio de 1976.
Rogelio Enrique Acosta
Con datos de noticuriosos.com, webs.ono.com, Wikipedia y corazones.org.


Vidente, tarotista y astróloga
Parasicóloga con amplia experticia en clarividencia. Especialista en psicología evolutiva y periodismo de investigación. Redactora especializada en temas de esoterismo y de eventos paranormales. Más de veinte años en el ámbito esotérico.
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