El árbol del amor, Cercis
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El Cercis, Cercis siliquastrum, o árbol del amor ha pasado de generación en generación como un símbolo romántico. Parejas de enamorados encontraban bajo sus ramas llenas de flores rosadas un lugar idóneo para compartir momentos juntos.
Vamos a adentrarnos en la historia de este precioso árbol y repasaremos la leyenda que le da nombre.
La leyenda del árbol del amor
Juan era un muchacho humilde que trabajaba en la mina. Estaba enamorado de Oralia. Tanto como si hubiera sido afectado por un hechizo de amor. Ella era de familia noble e inalcanzable para él.
Cuando él salía de la mina tenía otro trabajo como aguador. Iba con su burro a recitar versos a su amada y ofrecerle agua. Oralia sentía la amabilidad y cariño del chico y le empezó a corresponder. Pero había un tercer implicado, Pierre, que también pretendía a la chica. Pierre era un caballero que contaba con el visto bueno de los padres de la chica y la visitaba a menudo. Juntos se sentaban a la sombra de un árbol donde hablaban.
La joven esperaba a Juan para regar el árbol que cuidaban juntos, y cuando se iba, lloraba debajo de él porque no sabía a qué joven corresponder. De pronto, mientras lloraba, del árbol cayeron unas lágrimas que se convirtieron en un ramo de flores blancas.
Oralia supo que su amor verdadero era Juan. Al día siguiente cuando vino a regarlo le besó y del árbol cayeron un gran número de flores. De esa manera compartía la felicidad de la pareja.
Desde entonces el Cercis es símbolo de amor duradero.
Un árbol bello
El árbol del amor no podía ser de otra manera nada más que bonito. El Cercis tiene un máximo de ocho metros de altura. Su corteza de tonos rojizos es muy llamativa.
En primavera es cuando alcanza una mayor vistosidad gracias a sus flores rosas y violetas. Después veremos sus frutos, que son pequeñas legumbres rojas y marrones.
De donde viene y donde vive el Cercis
El Cercis llegó a Europa en torno al año 1200, a Francia. Dada su belleza se extendió rápidamente por el continente.
En la época del Imperio Bizantino se popularizó por su color purpura. Este color simbolizaba a la familia imperial. Tanto es así que con el tiempo se convirtió en el árbol representativo de la ciudad de Estambul.
Actualmente se puede seguir encontrando en el Mediterráneo, pero ha sido plantado con éxito en otras zonas, como Europa Central y África.
La buena noticia es que es un árbol resistente a las bajas temperaturas pero prefiere el calor y no le afecta la sequía ni los veranos largos.
Cuidados y enemigos
El árbol del amor no requiere muchos cuidados. Lo que más necesita es luz. Como ya hemos comentado es un árbol que prefiere climas secos. El terreno encharcado, por tanto no le hace bien. Además su madera es débil y no resiste bien a los envites del viento.
Las cochinillas y pulgones afectan a este árbol. Pero tiene una plaga que le afecta en concreto, la psila del Cercis. Se recomienda hacer un tratamiento preventivo en los meses de marzo y abril.
Y ahora que ya sabes cómo cultivar el árbol del amor y qué esperar de él, sólo te queda verlo a crecer y cobijarte bajo su sombra. Esperamos que lo disfrutes.
Coral
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