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La Cruz del Diablo: la leyenda del diablo que se disfrazó de ángel

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Publicado: 15/12/2016 por Cristina Romero
 
Categoría: Mitos y leyendas
leyenda de la Cruz del Diablo de Cuenca
 
Las ciudades y pueblos de nuestro país están llenos de un gran bagaje cultural, dentro del que se encuentran numerosas leyendas. Cuenca es una de las ciudades con más misterios e historias entre sus empedradas calles.
Una de estas historias es llamada La Cruz del Diablo, una leyenda que parece hacer referencia al pasaje bíblico “Y no es de extrañar, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz” (2 Corintios 11:14).
A pesar de que la leyenda tiene varias versiones que difieren un poco unas de otras, todas coinciden en este pasaje de la biblia y en cómo el diablo puede esconderse detrás de la belleza. Si aún no conoces los detalles de esta popular y atemorizante leyenda originaria de Cuenca, te invitamos a seguir leyendo para descubrir de qué se trata.
 
La leyenda de la Cruz del Diablo en Cuenca

Esta leyenda transcurre en el siglo XVIII y la ermita santuario de las Angustias es el lugar donde se da el acontecimiento central de este relato. Su protagonista fue un joven llamado Diego, que era hijo de un conocido juez de Cuenca.
Diego, lejos de ser un muchacho educado de buena familia, tenía mala fama en la ciudad, ya que era una persona libertina que se burlaba de lo humano y de lo divino. Pese a esta fama bien ganada, Diego era un hombre guapo, un conquistador de mujeres y, al parecer, todas en el pueblo estaban locas por él.
 
Y no es de extrañar, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz
2 Corintios 11:14
 
Por aquellos días apareció en Cuenca una forastera misteriosamente bella y seductora, llamada Diana y todos los hombres del pueblo se vieron atraídos por ella. Diego se había obsesionado con aquella mujer y quería hacerla suya.

Un buen día, el apuesto joven decidió presentarse y ella le correspondió, resultó que Diana también era una joven atrevida que carecía de moral. Hay una versión de la leyenda que dice que Diana y Diego tuvieron una relación muy pasional y que juntos dieron rienda a su libertinaje y a su irrespeto hacia lo humano y también hacia lo divino, pero hay otra versión que dice que Diana, a sabiendas de las malas intenciones de Diego, lo hizo esperar un tiempo antes de decidir entregarse a él.

El padre de Diego intentó hablar con él para ver si podía apartarlo de aquellas malas conductas y compañías, pero su hijo solo le respondió que tenía intenciones de casarse con esa dama de la que no sabía nada, excepto su nombre. El juez nada podía hacer, más que pedir a Dios por aquel hijo depravado.
 
Los súcubos, demonios con cuerpo de mujer

Los súcubos son demonios que, con un atractivo aspecto femenino, se presentan a los hombres. Algunas teorías dicen que pueden cambiar de forma, acoplándose así al gusto de cada hombre y hasta haciéndose pasar por mujeres conocidas que un hombre desea. En todo caso, mediante el sexo con su víctima el súcubo drena energía e implanta pervertidas inclinaciones que conducen a la perdición.
Imagen
 
la palabra súcubo deriva del prefijo sub (“debajo de”) y del verbo cubo (que se traduciría como “yo quedo”), tienen por tanto el significado de alguien que queda por debajo de otra persona.

La mayoría de testimonios sobre los súcubos provienen de la Edad Media, época en la que estos demonios tuvieron su apogeo en el imaginario social y en el ámbito teológico.


http://www.demonologia.net/los-sucubos-demonios-con-cuerpo-de-mujer/​
 
En la víspera del día de Todos los Santos, Diego y Diana estaban reunidos con algunos de sus amigos, todos se divertían y bromeaban acerca del miedo que tenía la gente a salir de su casa o a hacer bromas sobre los difuntos.

En una versión de la leyenda, Diego discute con uno de sus amigos y termina retándolo a un duelo y matándolo. Después, Diego se reunió con Diana en el atrio de la ermita de las Angustias. Algunos dicen que Diana lo habría citado allí para entregarse a él esa noche, la noche de los difuntos, otros dicen que simplemente ambos se reunieron allí como cualquier otra noche, pero definitivamente aquella noche no sería como las otras…
Al obscurecer se fraguó una gran tormenta, las calles estaban desiertas y se dice que las rocas debieron parecer demonios al ser iluminadas por los relámpagos. Uno de los relatos indica que Diego y Diana estaban a punto de hacer el amor en el atrio, cuando un rayo iluminó el lugar y Diego, al quitarle un zapato a Diana, se dio cuenta de que ella tenía una horrible y peluda pezuña de cabra en lugar de un pie humano.

Otra versión del relato indica que los jóvenes estaban sentados en las escaleras del atrio bajo la lluvia, cuando Diego se dio cuenta de que Diana estaba completamente empapada y tiritaba de frío le propuso resguardarse en la ermita, la puso de pie y, al levantarla para llevarla en brazos, un relámpago iluminó la parte que había quedado levantada del vestido de Diana, y Diego vio una horrible pata de cabra.
 
 
Santuario de Ntra. Sra. de las Angustias
De cualquier forma, ante tal descubrimiento, el joven se horrorizó y salió corriendo dando gritos de terror. Diana era el mismísimo diablo que, con una voz profunda y siniestra, lanzaba carcajadas que resonaban entre las rocas del santuario.
Presa del pánico, Diego se dio cuenta de que había estado coqueteando con el demonio en forma de una bellísima mujer, subió las escaleras donde habían estado sentados y se abrazó a la cruz de piedra que había en la puerta del santuario de las Angustias, pidiendo auxilio a Dios.

La leyenda cuenta que el diablo se abalanzó sobre él, lanzándole un zarpazo en el momento en que sonaba un intenso trueno, pero solo le rozó el hombro y dejó una marca en la piedra.

Su arrepentimiento fue tan sincero y total que el diablo desapareció entre alaridos y siniestros resplandores. Se dice que el chico ingresó en el santuario de las Angustias, en donde se convirtió en el más humilde de los hermanos. Allí vivió el resto de su vida de manera ejemplar y murió santamente.

En memoria de esta leyenda, y a pesar de que ha sido destruida en varias ocasiones, hoy en día todavía se conserva la Cruz del Diablo, en cuyo centro podemos observar la figura de una mano extendida, unos dicen que es la marca del zarpazo del diablo, pero otros aseguran que es la huella de la mano de Diego cuando se abrazó a la cruz de piedra para pedir ayuda divina.

Esta cruz nos recuerda lo que aconteció en aquella fecha en Cuenca y que a veces los diablos pueden disfrazados de bellos ángeles.

​CrisR.
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Cristina Romero
Cristina Romero

Vidente, tarotista y astróloga

Parasicóloga con amplia experticia en clarividencia. Especialista en psicología educativa y periodismo de investigación. Redactora especializada en temas de esoterismo y de eventos paranormales.

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