Basajaun ¿Un ser maligno o benevolente?

Cuando se trata de mitos urbanos, el Basajaun es una de las estrellas de España. Este ser mitológico es de origen vasco – aragonés y no tiene nada que envidiarles a los personajes de las leyendas de Halloween. Se dice que existió en una época indeterminada y también es conocido como el Yeti vasco (por sus rasgos parecidos a pie grande), el Señor Salvaje o el Señor de los Bosques, ya que se dice que su hogar estaba en las cavernas en lo más profundo de los bosques de Gorbea en Vizcaya, Irati en Navarra y en la zona de Ataun en Guipúzcoa. 

Los relatos sobre su existencia desaparecen con la llegada del cristianismo, por lo que los Basajaun son asociados a lo pagano.

Esta criatura de los bosques pudo haber convivido con seres humanos hacia la Edad Media y en ocasiones se afirma que estaba acompañado por una pareja femenina llamada Basandere (Señora del Bosque o "Señora Salvaje").

En cuanto a su personalidad, hay distintas versiones de leyendas que describen al Basajaun como un ser mitológico benevolente, y otras como una criatura terrorífica o violenta. A continuación, descubriremos qué esconden estas interpretaciones del temperamento de este personaje de leyenda. 

El gentil Basajaun

Decir que el Basajaun era el “Señor de los bosques” no es una descripción que nos hable por sí misma de la amabilidad o malevolencia de este individuo mitológico; sin embargo, tenemos una mejor idea si lo definimos como un protector de los bosques que velaba por la pureza de la naturaleza, defendiendo su vida animal y vegetal de cazadores y taladores ilegales o con intensiones avaras.  

Los mitos apuntan a que esta criatura es la raza de gigantes más antigua, pero también la más civilizada y la más inteligente.

Por si fuera poco, todo parece apuntar a que el Basajaun, de hecho, se preocupaba también por el bienestar de los seres humanos, tanto que hay leyendas en las que esta criatura avisaba a los pastores cuando su rebaño estaba en peligro por la cercanía de tormentas o manadas de lobos hambrientos.

En estos relatos, el Basajaun emitían un silbido característico con el que se comunicaba de alguna forma con las ovejas, éstas en respuesta se movían para hacer sonar sus cencerros y así avisaban a los pastores, quienes a su vez las resguardaban y pagaban al Basajaun dejándole a la vista un pedazo de pan o queso que este recogía cuando los pastores dormían.

Entre otras pistas de la sabiduría del Basajaun encontramos que estas criaturas fueron los primeros agricultores, los primeros herreros, los primeros en inventar cosas como la rueda de molino, e incluso se señala que tuvieron capacidad para la arquitectura, pero, más allá de eso, se les atribuye poderes sobre las fuerzas de la naturaleza.

Por este tipo de talentos, eran considerados una raza superior a los seres humanos y se relata que, algunos de nuestras capacidades para cultivar, fabricar o construir herramientas, las obtuvimos de una u otra forma del Basajaun, por lo que, según estos mitos, en cierto modo les debemos a ellos nuestro desarrollo como especie.

El lado oscuro

Así como existen todas estas cualidades asociadas al Basajaun, hay quienes lo describen como un ser que tiene un lado oscuro, que es terrorífico de carácter maligno, y que era capaz de usar a su fuerza sobrehumana y agilidad para dañar a quienes se la acercaran o quisieran lastimarlo a él o a la naturaleza.

Seguro que encontrarte con una criatura de esta magnitud en el medio del bosque es la experiencia más aterradora que alguien pudo haber tenido alguna vez, pero como verás, estas leyendas nos hablan más bien de un ser muy inocente y fácil de engañar, casi de personalidad infantil, después de todo, ¿qué tan malo pudo haber sido el Basajaun?

Ninguna historia puede asegurarnos que este grandullón no tuviera deseos de venganza o que haya hecho algo para defenderse de las artimañas de humanos como San Martinico. Sin embargo, todo apunta a que lo aterrador del Basajaun es, únicamente su apariencia física, ya que en la mayoría de los relatos podemos entender que este gigante era, sobre todo, un aliado para los humanos, un ser mitológico que conocía los secretos de la naturaleza y que habría ayudado a los humanos, por las buenas o por las malas, a desarrollar su civilización. 

Valen